Hay películas que no esconden grandes sorpresas en su argumento pero que son entretenidas en parte por eso mismo. En La mano que mece la cuna (Curtis Hanson, 1992) o en Atracción fatal (Adrian Lyne, 1987) el final es más o menos el esperado, y el éxito de las dos películas reside en que no decepciona al llegar al punto que todos esperan, la confrontación entre el héroe o heroína con la villana. Mujer blanca soltera busca... ('Single White Female'), que se emitió ayer noche en TCM, flaquea precisamente en ese momento clave, pero antes de eso encima flaquea en el ritmo al que llega a ese momento clave.
Allison (Bridget Fonda) decide romper con su compañero sentimental (Steven Weber) tras una infidelidad. Ante la imposibilidad de hacer frente a su nueva situación a solas, la mujer comienza a buscar compañera de piso. Y la encuentra, vaya si la encuentra. Hedy (Jennifer Jason Leigh) es una chica tímida, retraída y acomplejada que responde de manera infantil y excesivamente entusiasta cuando Allison le dice que puede mudarse con ella. El espectador descubre al poco tiempo (demasiado poco) que algo no funciona dentro de Hedy, que no es solo timidez y falta de compañía en su vida, hay algo más en esa chica que comienza a tornarse controladora, protectora en exceso y, dándole algo más de tiempo, psicótica.
El comienzo de la película demuestra que ni director ni guionista ni montador estuvieron muy inspirados en el momento de concebir los primeros minutos de metraje. Las escenas son cortas, bacías, se dan los datos que necesita el espectador de la forma más rápida posible, se corta y se pasa a la siguiente escena. Pero peor que eso resulta el delatar tan temprano al personaje de Jennifer Jason Leigh. Al contrario que el personaje de Rebecca De Mornay en La mano que mece la cuna, el de Jason Leigh es un personaje que se sabe mucho más desequilibrado y caótico desde prácticamente el principio. Se sabe que la confrontación tiene que llegar, y que será la fuerza la que decida, porque Hedy, más loca que una cabra, no podrá aguantar una lucha psicológica muy larga antes de tener un ataque de cólera o algo peor. Desde ese momento la película se convierte en una cuenta atrás y lo malo es que esa cuenta atrás es demasiado larga. Y unido a esto último está el mayor fallo de la película: si en el comienzo el ritmo deja mucho que desear, entrada la película la cosa no mejora. Era un claro in crescendo lo que le hacía falta a esta historia, una angustia creciente, y aunque hay momentos de tensión (el perro muerto, cuando Allison sorprende a Hedy masturbándose, cuando admira horrorizada su vestuario...), el conjunto no da esa impresión de escalera ascendente que se necesitaba para la ocasión.
Al menos, eso sí, se le da una explicación al comportamiento de la villana, y Bridget Fonda y, sobre todo, Jennifer Jason Leigh están acertadas, pero esto no es suficiente como para hacer de la película un thriller destacable. Aunque entretiene, Mujer blanca soltera busca... es una historia muy desaprovechada cuyo planteamiento no deja de sugerir que podría haber llegado mucho más lejos.
Allison (Bridget Fonda) decide romper con su compañero sentimental (Steven Weber) tras una infidelidad. Ante la imposibilidad de hacer frente a su nueva situación a solas, la mujer comienza a buscar compañera de piso. Y la encuentra, vaya si la encuentra. Hedy (Jennifer Jason Leigh) es una chica tímida, retraída y acomplejada que responde de manera infantil y excesivamente entusiasta cuando Allison le dice que puede mudarse con ella. El espectador descubre al poco tiempo (demasiado poco) que algo no funciona dentro de Hedy, que no es solo timidez y falta de compañía en su vida, hay algo más en esa chica que comienza a tornarse controladora, protectora en exceso y, dándole algo más de tiempo, psicótica.
El comienzo de la película demuestra que ni director ni guionista ni montador estuvieron muy inspirados en el momento de concebir los primeros minutos de metraje. Las escenas son cortas, bacías, se dan los datos que necesita el espectador de la forma más rápida posible, se corta y se pasa a la siguiente escena. Pero peor que eso resulta el delatar tan temprano al personaje de Jennifer Jason Leigh. Al contrario que el personaje de Rebecca De Mornay en La mano que mece la cuna, el de Jason Leigh es un personaje que se sabe mucho más desequilibrado y caótico desde prácticamente el principio. Se sabe que la confrontación tiene que llegar, y que será la fuerza la que decida, porque Hedy, más loca que una cabra, no podrá aguantar una lucha psicológica muy larga antes de tener un ataque de cólera o algo peor. Desde ese momento la película se convierte en una cuenta atrás y lo malo es que esa cuenta atrás es demasiado larga. Y unido a esto último está el mayor fallo de la película: si en el comienzo el ritmo deja mucho que desear, entrada la película la cosa no mejora. Era un claro in crescendo lo que le hacía falta a esta historia, una angustia creciente, y aunque hay momentos de tensión (el perro muerto, cuando Allison sorprende a Hedy masturbándose, cuando admira horrorizada su vestuario...), el conjunto no da esa impresión de escalera ascendente que se necesitaba para la ocasión.
Al menos, eso sí, se le da una explicación al comportamiento de la villana, y Bridget Fonda y, sobre todo, Jennifer Jason Leigh están acertadas, pero esto no es suficiente como para hacer de la película un thriller destacable. Aunque entretiene, Mujer blanca soltera busca... es una historia muy desaprovechada cuyo planteamiento no deja de sugerir que podría haber llegado mucho más lejos.
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