El pasado viernes se estrenaba en Canal + Alejandro Magno ('Alexander'), una película de Oliver Stone que en el momento de su estreno en Estados Unidos estuvo rodeada de cierta polémica. Es una superproducción de esas que dan vértigo de solo pensar en lo que habrá costado, tanto por esfuerzo como por dinero, sacar adelante.
¿Si había o no razón para la polémica? La respuesta es la misma para la práctica totalidad de las producciones made in USA que vienen de grandes estudios: no. Ninguno de los puntos supuestamente delicados de la historia que se cuenta son tal. Ni la relación entre Alejandro (Colin Farrell) y su madre Olimpia (Angelina Jolie), ni la que tiene con su esposa Roxana (Rosario Dawson) ni la relación con su compañero Hephaestion (Jared Leto) son como para incomodar, pero también es cierto que con menos se han escandalizado otras veces.
Respecto a la tan comentada duración, en cambio, la película sí da razones para la crítica. Nada menos que 175 minutos, tres horas largas frente a la pantalla, algo excesivo incluso para contar un gran relato como este. Aunque tal vez sea en esto último donde resida el error: el Alejandro Magno de Stone no es un gran relato en sí, es el relato de un gran personaje hecho “pequeño” por un guión que no apasiona en absoluto, que no trasmite la grandeza de la historia ni proporciona el material necesario a los actores para dar la réplica a unos personajes complejos.
Colin Farrell parece una opción demasiado comercial (incluso su pelo parece demasiado comercial) para un papel que le viene enormemente grande. Cuesta creer que Oliver Stone lo eligiera teniendo la estima que le tiene a la figura de Alejandro Magno. Por su parte, Angelina Jolie no sabe dotar de la dureza necesaria al personaje de Olimpia, que en sus carnes no es ni enigmática ni sombría sino simplemente seria, hostil, y no importa cuántas serpientes la rodeen. Incluso Anthony Hopkins sale mal parado, constituyendo una caricatura de Ptolomeo demasiado exagerada.
Los medios eran abundantes y queda claro que el director tenía ganas de narrar la vida del conquistador, pero Alejandro Magno es una película fallida. Batallas, lujo, relaciones familiares tormentosas, traiciones... todo acaba por aburrir. Tan solo la banda sonora de Vangelis parece hecha para esta historia.
¿Si había o no razón para la polémica? La respuesta es la misma para la práctica totalidad de las producciones made in USA que vienen de grandes estudios: no. Ninguno de los puntos supuestamente delicados de la historia que se cuenta son tal. Ni la relación entre Alejandro (Colin Farrell) y su madre Olimpia (Angelina Jolie), ni la que tiene con su esposa Roxana (Rosario Dawson) ni la relación con su compañero Hephaestion (Jared Leto) son como para incomodar, pero también es cierto que con menos se han escandalizado otras veces.
Respecto a la tan comentada duración, en cambio, la película sí da razones para la crítica. Nada menos que 175 minutos, tres horas largas frente a la pantalla, algo excesivo incluso para contar un gran relato como este. Aunque tal vez sea en esto último donde resida el error: el Alejandro Magno de Stone no es un gran relato en sí, es el relato de un gran personaje hecho “pequeño” por un guión que no apasiona en absoluto, que no trasmite la grandeza de la historia ni proporciona el material necesario a los actores para dar la réplica a unos personajes complejos.
Colin Farrell parece una opción demasiado comercial (incluso su pelo parece demasiado comercial) para un papel que le viene enormemente grande. Cuesta creer que Oliver Stone lo eligiera teniendo la estima que le tiene a la figura de Alejandro Magno. Por su parte, Angelina Jolie no sabe dotar de la dureza necesaria al personaje de Olimpia, que en sus carnes no es ni enigmática ni sombría sino simplemente seria, hostil, y no importa cuántas serpientes la rodeen. Incluso Anthony Hopkins sale mal parado, constituyendo una caricatura de Ptolomeo demasiado exagerada.
Los medios eran abundantes y queda claro que el director tenía ganas de narrar la vida del conquistador, pero Alejandro Magno es una película fallida. Batallas, lujo, relaciones familiares tormentosas, traiciones... todo acaba por aburrir. Tan solo la banda sonora de Vangelis parece hecha para esta historia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario