viernes, 29 de diciembre de 2006

Crítica | SAW; "Que empiece el juego"

Lo peor de algunas películas de terror son sus secuelas, como hemos podido comprobar en tantas y tantas segundas, terceras o trigésimo octavas partes en los últimos años (‘Scream 2’, ‘La ira: Carrie 2’ y ‘Halloween: Resurrection’, por nombrar algunas de las más casposas). Lo que en la primera es sorpresa en la segunda es repetición, lo que en la primera es original en la segunda es clonación, lo que en la primera es terror (si acaso) en la segunda es ruido y vacío. Ya llegará el día en que toque comentar ‘Saw II’ y ‘Saw III’, y vista ‘Saw’ (emitida el miércoles en Cuatro a las 22:00) todo apunta a que no será algo agradable de hacer, ni por lo rebuscados que serán los sangrientos crímenes ni por lo mucho que habrá perdido el conjunto respecto a esta primera parte.
Una inquietante escena de 'Saw' (James Wan, 2004)
La película de James Wan, estrenada en 2004, es otra de esas que siguen los pasos del sádico de turno, pero en este caso, y al contrario que en ‘Scream’ y compañía, el sádico es bastante original y meticuloso en sus planes. Eso es lo que hace de ‘Saw’ un filme tan desagradable de ver y, a la vez, tan superior al resto de su especie. Aunque no nos engañemos, ‘Saw’ también pisa algunos cebos, y algunos puestos por él mismo.

El “juego” comienza con dos hombres, Lawrence (Cary Elwes, ‘Lady Jane’, ‘La princesa prometida’) y Adam (Leigh Whannell), encerrados en los baños de un edificio abandonado. Ambos están atados con cadenas, el uno a un lado de la “estancia” y el otro en el contrario. Ambos no recuerdan cómo han llegado allí y ambos están acompañados de un cadáver. A juzgar por las cintas que han colocado en sus bolsillos y el juego que se les propone en ellas, Lawrence y Adam no parecen estar viviendo uno de sus mejores momentos: el primero debe matar al otro si quiere que su familia sobreviva. Tanto los dos hombres como la familia del primero de ellos están siendo cuidadosamente vigilados, y los datos con que cuenta Lawrence acerca del maníaco al que puede deberse ese pasatiempo macabro son desalentadores. Hay formas más claras, directas y completas de explicar el argumento, pero entonces habría que aconsejar leer con el estómago vacío.

Aunque tampoco hay que alarmarse demasiado, ‘Saw’ no es algo tan tremebundo como puede llegar a sonar sobre el papel. Llevada a imágenes, rara vez ha logrado una historia (o un guión) tomar una forma tan espeluznante como en el original escrito. Ésta no es una excepción. Al fin y al cabo ‘Saw’ fue bastante vista en los cines (casi medio millón de espectadores a su paso por las carteleras españolas), ha sido vista por aún más gente en televisión (8,3% de share y casi un millón y medio de espectadores en Cuatro) y seguramente se hinchará a recaudar en videoclubes.

‘Saw’ es desagradable pero todo está tan a la vista, tan al descubierto que desaprovecha esa baza inmensa que es la imaginación del espectador. Poco se deja a la fantasía, ya que por mucho que no veamos al criminal podemos ver a la perfección de qué es capaz, y eso no es del todo bueno. Como siempre, lo que se sugiere puede tomar una forma mucho más inquietante en la imaginación del espectador y en ‘Saw’, en cambio, todo se muestra. Aunque, eso sí, lo que nos muestran tampoco es un paseo lleno de pétalos de rosa.

Lo peor, de todos modos, es la cantidad de escenas violentas que hay en ese macabro paseo que es ‘Saw’. Por más que la imaginación sea capaz de más, una escena desagradable es una escena desagradable y sería falso decir que no impacta. Dos pueden impactar también pero, ¿y diez? ¿Y veinte? El filme pone el cebo y el filme cae en él. Tantas escenas macabras acaban por inmunizar al espectador ante la sangre y los alaridos, desgastan el argumento y también hacen que la función se haga larga, a pesar de contar con alrededor de 100 minutos de metraje (lo habitual, vamos).

Los continuos cambios de escenario y personajes en forma de flasback, flashback dentro del flasback y flashback a las andaduras anteriores del personaje que había dentro del flashback, tampoco ayudan demasiado. Hacen que la tensión sea más irregular, pues obligan al espectador a estar continuamente situándose y re-situándose ante el nuevo salto. Aunque hay que admitir de nuevo que ‘Saw’ está lejos de lo predecible del resto de la cosecha del cine de terror de los últimos años: la película de James Wan guarda escenas realmente impactantes (la de la mujer buscando la llave con la que abrir ese mecanismo que amenaza con desencajarle la mandíbula), las interpretaciones están por encima de la media del género (destaca Danny Glover junto a los raptados protagonistas) y el final no deja indiferente. Después llegarían ‘Saw II’ y ‘Saw III’ para, según dicen, acabar con el particular “encanto” de este juego.

1 comentario:

Anónimo dijo...

SAW, una de las mejores peliculas del genero survival-horror, me quedo sin palabras por las escenas donde se muestra hasta que punto las personas luchan por su vida