martes, 12 de diciembre de 2006

Crítica | MUJERES; Combinación ganadora

Los que dijeron aquello de “meses y meses en un cajón para acabar en La 2” no deben poner el segundo canal de Televisión Española más que para ver los documentales. Parece que para algunos ese canal solo puede llegar a ser bueno cuando se trata de fauna salvaje, y aunque es verdad que la ficción que se suele ver ahí no suele ser muy notable, las cosas se cambian con movimientos. ‘Mujeres’ ha sido ese movimiento. Y sí, es cierto que la producción de El Deseo y Mediapro (que ha venido emitiendo La 2 cada lunes a las 22:30) se pasó un buen puñado de meses en un cajón de “la casa”, pero si esos adictos a los documentales se hubiesen molestado en ver la serie se habrían encontrado con una de las mejores sorpresas que nos ha dado “la de todos” en mucho tiempo.

Y ya no solo TVE. Cuesta echar la vista atrás y encontrar en el recuerdo reciente algo de ficción de producción propia que se haya visto en España y que haya dejado tan buen sabor de boca. Respecto a similitud en el argumento, se podría decir que ‘Aída’ es lo más cercano que hemos visto a ‘Mujeres’, pero aunque la primera sea realmente divertida y mordaz, la segunda es la que ha logrado calar más hondo en los espectadores la hemos seguido: ‘Mujeres’ ha logrado a la vez ser una comedia costumbrista y un drama del mismo tipo; ha conseguido compaginar dos géneros y fundirlos en uno mismo, entregándose a cada uno en su justa medida y creando una comedia de barrio que ya es un pequeño clásico.

Las protagonistas de la serie son unas supervivientes natas. Irene (Chiqui Fernández) es una viuda que convive en su modesta casa de Madrid con sus hijas, Magda (Inma Cuevas) y Julia (Carmen Ruiz), y su madre, Palmira (Teresa Lozano). Irene trabaja en una panadería-cafetería y es una mujer todoterreno: se ocupa de la casa, trabaja sin descanso y tiene sobre su espalda el peso de hacer que toda su familia lo tenga algo más fácil, que sean más felices. En fin, se trata de una de esas madres que parecen tener brazos para aguantar siete bebés, una mujer a la que no le da tiempo a preguntarse: ¿y qué hay de mí?

Su hija Magda es una adolescente acomplejada, preocupada constantemente por no estar en el peso ideal. La relación entre Magda e Irene es más o menos la habitual entre madre e hija (hija de esa edad, nos entendemos), pero por si no tuvieran bastante con preocuparse de sí mismas y de la abuela, en el primer episodio vuelve al hogar Julia, la otra hija de Irene. Ésta, tras una ruptura amorosa, parece volver al nido para llorar su desgracia. Pero a medida que avanza la historia comprobamos que ninguna de las protagonistas de esta serie es del tipo que espera a que la felicidad llame a su puerta. Irene, Magda y Julia no están dispuestas a renunciar a la búsqueda de algo mejor de lo que la vida parece tener pensado para ellas.

Pero no son ellas todas las chicas de la función. Palmira, la madre de Irene, merece mención aparte. Ella está en ese punto de la demencia senil en el tan pronto provoca las situaciones más divertidas como se convierte en un doloroso adelanto del drama que se avecina: hoy la señora dice que quiere irse de viaje en un coche de feria, por ejemplo, pero mañana puede que ya ni siquiera sepa lo que es un coche, ni quién es esa mujer que dice ser su hija y que tanto la quiere y se preocupa por ella. La amenaza está ahí durante toda la serie y es uno de los más claros ejemplos de lo acertados que han estado Dunia Ayaso y Félix Sabroso, los creadores: ‘Mujeres’ ha dado con ese término medio tan buscado; tiene tanto de comedia como de drama y en ningún momento se pasa con lo uno ni se queda corta con lo otro.

A Chiqui Fernández puede que nunca le toque de nuevo otra como ‘Mujeres’, pero nadie le podrá quitar este triunfo de su currículum. Aunque a veces parece que le falta algo de entusiasmo a la hora de meterse en su personaje, la actriz interpreta a Irene con suficiente realismo. Como todo en ‘Mujeres’, Chiqui Fernández pone la balanza en el punto justo en lo que a los ingredientes de su personaje se refiere: hay algo de amargura en su Irene pero también un punto de alegría esperanzadora que siempre acaba saliendo.

El resto del reparto está plagado de actores en estado de gracia. Carmen Ruiz es una estupenda y adorable Julia, un papel que supongo tardará en olvidar la actriz, una de las protagonistas de ‘Yo soy Bea’. Todo apunta a que también Víctor Clavijo (‘Al salir de clase’, ‘El regalo de Silvia’) tardará en olvidar este momento de su trayectoria profesional: en la piel de Nicolás, el drogadicto del barrio, está simplemente perfecto, y en las últimas semanas ha sorprendido igual de gratamente con su papel de enfermo terminal en ‘Hospital Central’. Teresa Lozano, que encarna a Palmira, ha dado también grandes momentos a ‘Mujeres’, así como Bart Santana (Raúl, el hijo de Irene), Gracia Olayo (Susana, la singular amiga de la protagonista), Marilyn Torres (Belinda, la compañera de trabajo de Irene) y Aitor Merino (el ex novio homosexual de Julia).

Han sido 13 episodios y han sabido a poco. ‘Mujeres’ terminaba ayer su primera y única temporada con un final muy satisfactorio, que incluía a Palmira dándole un besazo en la boca a Gabriel (Christian Esquivel), su particular “vigilante”, y a una divertida Susana cantando ‘En un mundo nuevo’ de Karina. La gran apuesta de La 2 para esta temporada ha sido una combinación ganadora.

(Foto: Carmen Ruiz en 'Mujeres')

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