domingo, 18 de marzo de 2007

Crítica | CAFETERÍA MANHATTAN; Rompiendo las olas, pero a las puertas del caos

Cuando Antena 3 airea a los cuatro vientos que su nueva serie, ‘Cafetería Manhattan’, se rueda dos horas antes de su emisión para mantener la actualidad en los temas que trata, se puede entrever un cierto aire de orgullo y chulería en la forma de dar la información. Es un dato curioso, un territorio aparentemente inexplorado (aunque los de ‘Aquí no hay quien viva’ podrían decir, y con razón, que ellos se acercaron bastante a esta situación), pero sobre todo es un movimiento arriesgado. Casi suicida.

Las prisas no son sinónimo de calidad, o si no que se lo digan a los responsables de ‘Carta mortal’ (Eduard Cortés, 2003) o ‘El tránsfuga’ (Jesús Font, 2003), que a base de rodajes-sprint tiraron por la borda toda esperanza de levantar la industria del telefilme en España. Hacer un buen producto lleva su tiempo, conseguir sacar interpretaciones destacables del reparto requiere esfuerzo y hacer que la factura de la ficción sea cuidada y notable cuesta un dinero. Así pues, ‘Cafetería Manhattan’ parece hacer oídos sordos a todo consejo que le llega del negocio en el que se ha metido. Si se han propuesto ir a contracorriente más les vale tener el salvavidas a mano.

El nuevo serial diario de Antena 3, aunque sea mejor que ‘La sopa boba’, no convence. No se oyen cosas muchos más graciosas entre las cuatro paredes de ese negocio hostelero que las que oiríamos si pusiésemos la oreja en cualquier bar de una gran ciudad. Ni los dueños del negocio (Santi Rodríguez y Miguel Nadal) ni la esperpéntica galería de clientes habituales (los interpretados por Sinacio, Rosario Pardo, Tina Sainz y Kike Biguri entre ellos) llaman la atención, dedicados todos a comentar lo que ponen en la tele del establecimiento más que a desarrollar una historia.

Puede que ahí esté la clave. Quizás ‘Cafetería Manhattan’ se ruede el mismo día de su pase por televisión para ofrecer lo único que tiene de “diferente” o “novedoso”: el tratamiento de la actualidad informativa por parte de un grupo de descafeinadas caricaturas típicas y tópicas, nacidas del esfuerzo de algún guionista que parece trabajar para un productor del tipo no-innoves-que-te-veo.

El problema es que ese tratamiento informativo no es muy fiable ni en la reducida gama de opiniones (PP, PSOE y punto, con ese mismo bipartidismo por el que se critica –con razón– al programa ‘59 segundos’ de TVE) ni en el enfoque tipo gallinero de programa rosa ni mucho menos en los temas tratados, que se reducen al cotilleo, a la última polémica de la que hartos estamos todos y al fútbol (a los cuatro equipos contados que “interesan”, nos entendemos). Todas estas noticias y muchas otras (las que son mil veces más importantes incluidas) son tratadas mucho mejor en cualquier informativo televisivo o incluso en cualquier periódico gratuito.

Santi Rodríguez (el inolvidable frutero de ‘Siete vidas’), Miguel Nadal (visto en ‘Mis adorables vecinos’) y Yolanda Ramos son tres actores y humoristas de lo más capacitados para enfrentarse a situaciones inverosímiles y provocar la carcajada con cuatro frases contadas. Pero en esta ocasión ni una sola de sus frases les permite el menor de los lucimientos, haciendo que todos, los que más (Rodríguez, Nadal) y las que menos (Ramos), salgan mal parados. Los demás actores del reparto (Iliana León –la que fuera Cristal en ‘Aída’–, Gorka Otxoa –salido de la cantera de ‘Vaya semanita’– y Pablo Penedo –‘SMS’–, por nombrar a algunos de los que más se esfuerzan) corren poco más o menos la misma suerte.

Nadie sabe cómo llevaran los pobres intérpretes lo de rodar al ritmo vertiginoso al que se dice que se gesta la serie, pero lo que parece bastante predecible es la poca eficacia que seguirá mostrando el conjunto visto lo mediocre de los primeros episodios. Si esto va mal ahora, en próximas semanas puede ser un caos.

Y es que ‘Cafetería Manhattan’ deja la sensación de que nadie en el equipo de guionistas se esfuerza en crear una buena ficción a la que enriquecer con temas de rabiosa actualidad. Parece que es más bien meter con calzador una parte muy concreta de esa actualidad y hacer que los personajes se las ingenien para tener cierta presencia en la función lo que intenta la serie. Y el que eso se haga a contrarreloj es un peligro mortal.

La perspectiva que del mundo puede llegar a tener alguien que no sepa de su alrededor más que lo que dicen en esta fallida producción puede ser de inspirar lástima. Aunque el grado de diversión que puede alcanzar alguien que se tome esto como simple pasatiempo no debe de ser mucho menos triste.

(Foto: Santi Rodríguez y Yolanda Ramos en 'Cafetería Manhattan')

1 comentario:

Rodi dijo...

Gran crítica. Has hecho un análisis muy fiel de esta serie.

Estoy de acuerdo contigo, creo que a le quedan dos telediarios. Es una serie fallida, la misma constante de prácticamente todas las series españolas.