viernes, 9 de febrero de 2007

Crítica | CUÉNTAME CÓMO PASÓ; Nostalgia con fondo

Si hay algo que diferencia a ‘Los Serrano’ y a ‘Cuéntame cómo pasó’ (más allá de la época en la que transcurre cada historia, más allá de la clase social de unos y otros protagonistas, etc.) es sobre todo la falta de ideas de los primeros y la historia, rica en personajes y acontecimientos, que tiene por contar la segunda. Tan sencillo como eso: tener una historia que contar. Pero si vemos la serie protagonizada por ese Antonio Resines en horas bajas y la que capitanea el incombustible Imanol Arias, podremos comprobar que un guión con fondo y jugo es mucho más que un pequeño detalle diferenciador.
Ana Duato e Imanol Arias en 'Cuéntame cómo pasó'
La temporada que acaba de cerrar ‘Cuéntame’ (la octava nada menos) se ha enmarcado en los años 1974 y 75, aunque en este último se ha dejado el relato a seis meses de la muerte de Franco (un cartucho importante el que han guardado en la despensa para la próxima etapa).

Las tramas que ha protagonizado la familia Alcántara esta temporada han ido de la progresiva afición al juego de Antonio (Imanol Arias) a los problemas de Mercedes (Ana Duato) en la tienda, sin olvidar los nuevos líos amorosos de Carlitos (Ricardo Gómez), los viajes al extranjero de Toni (Pablo Rivero) para cubrir noticias como la revolución de los claveles y la encarcelación de Inés (Irene Visedo), además de su embarazo, fruto de la relación que mantiene con el otrora cura del barrio, Eugenio (Pere Ponce).

Fotografía, vestuario y música van de la mano en la serie creada por Miguel Ángel Bernardeau para dar con el ambiente propicio y hacer creíble el salto de tres décadas que se nos propone. No es tarea fácil pero los responsables lo llevan muy bien. Tocan la fibra sensible con las canciones elegidas para cada capítulo, juegan con los colores para dar a las imágenes un aire a viejo que casa muy bien con el contexto histórico y lo envuelven todo con las inevitables dosis de nostalgia para hacer cómplice a ese sector de la audiencia que fue testigo de la época.

Aunque hay algo que sí podría achacársele a la serie y es su tendencia a dulcificar demasiado las cosas. La de ‘Cuéntame cómo pasó’ es una fotografía demasiado clara de la dictadura franquista, un retrato bastante acaramelado al que le faltan ciertas dosis de tensión y, por qué no decirlo, también una cuota mayor de crítica hacia aquel terrible régimen.

La serie no pinta la España de los primeros setenta de color de rosa (en el episodio de ayer, por ejemplo, veíamos al personaje de Inés teniendo que huir del país con pasaporte falso ante el pánico a volver a ser arrestada), pero se trata más bien de un retrato que tiende a subrayar la parte nostálgica y a obviar en cierta medida la parte terrible, con miras a crear una serie familiar y que no hiera la sensibilidad de una parte de la sociedad (esa que todavía hoy, más de treinta años después, no ha denunciado claramente las atrocidades del franquismo).

Las andaduras de los dos hijos mayores del matrimonio Alcántara, dos jóvenes modernos y emprendedores, dan pie a tramas interesantes que conectan más con la actualidad de la época, pero al final el tono general es definitivamente amable, a veces en exceso. Y a este respecto hay que decir que la voz en off de Carlos Hipólito no ayuda, a pesar de tratarse de un actor muy competente, ya que no hace sino acentuar la amabilidad de un relato en el que esa cualidad a veces está francamente fuera de lugar. Ver unas imágenes del archivo histórico de TVE en las que unos guardias civiles dan una paliza a un manifestante y que acto seguido una voz de narrador de cuento infantil diga lo mucho que le gustaba de joven una tal Karina o una tal Mayka no es precisamente acertado.

A pesar de todo, y dulcificado o no, hay que insistir en que aquí hay un relato que narrar, algo de lo que otras producciones españolas carecen.

Uno de los más grandes méritos de la serie está en haber encontrado a un par de actores que lleven la mayor parte del peso de la acción con tal naturalidad. Desde el estreno de la producción el 13 de septiembre de 2001, lo único que ha cambiado en Imanol Arias (‘Laberinto de pasiones’) y Ana Duato (‘El perro del hortelano’) son sus peinados, porque su talento y la capacidad de hacer suyos a esos personajes siguen intactos. Después de tantos y tantos episodios protagonizando una misma serie (el capítulo de ayer, ‘Punto y seguido’, era el número 138) son pocos los intérpretes que continúan dotando a sus trabajos de esa frescura y ganas.

Aunque para frescura la del joven Ricardo Gómez, que interpreta a Carlos (ese niño-testigo que nunca deja de sorprenderse de cada nuevo acontecimiento en su seno familiar) con una naturalidad que para sí quisieran Irene Visedo y Pablo Rivero, sobre todo en lo que respecta a este último, un actor con un registro de lo más limitado.

Por otro lado, la acción de ‘Cuéntame cómo pasó’ se ve inmensamente ayudada por un puñado de entrañables secundarios, entre los que destacan María Galiana, Tony Leblanc, Alicia Hermida, Quique San Francisco y Roberto Cairo.

El episodio de ayer nos dejaba una escena (otra más) para el recuerdo: Pili (Lluvia Rojo) y Clara (Silvia Espigado) poniéndose toda la ropa de Inés y Eugenio encima, una prenda sobre la otra, y ocultándolas bajo sus abultados abrigos ante la imposibilidad de salir del domicilio (en constante vigilancia) con una maleta a cuestas. “Unos días estáis en los huesos y otros días parecéis un zeppelín”, decía una sorprendida vecina al verlas.

Ahora se comenta que la siguiente será la última temporada de ‘Cuéntame cómo pasó’, pero teniendo algo que contar y alguien que sepa contarlo el final podría muy bien aplazarse. Es la cosa de tener una historia, con tramas de peso, y no sólo share como ‘Los Serrano’ o ‘Los hombres de Paco’. Aquí sí que eligen los creadores.

1 comentario:

Anónimo dijo...

me gustaría muchísimo que después de esta temporada que está produciendo siguieran haciendo otra, porque es una serie que creo que para la gente que vivio esos tiempos es bonito recordar algunas de esas cosas, y para niños y niñs de hoy día es fécil de aprender e interesarse por como se vivía en aquella época. al menos a mí me encanta ésta serie más que ninguna otra.