miércoles, 19 de septiembre de 2007

Crítica | BIG LOVE; En familia (polígama)

Pocas series merecen la atención que ha suscitado ‘Big Love’ desde su estreno en Estados Unidos. Creada por Mark V. Olsen y Will Scheffer, se trata de una curiosa y original propuesta, centrada en la agitada rutina de una familia polígama residente en Utah. La historia está contada sin prisas pero con intensidad, y se nota que, al igual que el protagonista tiene siempre un ojo puesto en su inmensa familia, hay un equipo a cargo de esta ficción que no descuida un solo aspecto de la realización.

Es un nuevo concepto de familia televisiva, como si ser ‘Padre de familia’, tener ‘Cinco hermanos’ o sobrevivir a una jungla residencial llena de ‘Mujeres desesperadas’ no fuese suficiente. Los responsables de ‘Big Love’ van más allá y nos acercan a una familia polígama, formada por un hombre (un paciente y cariñoso pater familias con una sobredosis de estrés familiar), sus tres esposas y los hijos que tiene en común con cada una de ellas.

La primera mujer con la que se casó, Barb (Jeanne Tripplehorn, ‘Instinto básico’), es la única legal, una mujer cariñosa y comprensiva con su marido pero crítica con la familia de él, que vive en una comunidad rural regida por “la ley divina”. La manipuladora y absorbente Nicki (Chloë Sevigny, ‘Los chicos no lloran’) entró en el hogar de Bill Henrickson para echar una mano a una entonces enferma Barb y acabó también echando raíces. La tercera mujer, Margene (Ginnifer Goodwin, ‘En la cuerda floja’), fue en su día la niñera hasta que las cosas empezaron a ir a mayores con el hombre de la casa.

Todos estos datos se van sabiendo poco a poco, ya que en el episodio piloto no se paran a explicar antecedentes. Y hacen bien. Se nos hace testigos de la vida que lleva la familia, repartida en las tres casas que le sirven de escenario principal a la serie (todas conectadas por un patio común con piscina), pero se da tiempo al tiempo, para que sea el espectador el que vaya conociendo poco a poco a los personajes.

No estamos ante una apología de la poligamia ni mucho menos. De hecho, ‘Big Love’ retrata a una familia y, en especial, a un padre completamente desbordado por la responsabilidad, por la presión de ganar el dinero a repartir, por los datos a retener y por el amor a racionar.

Bill Henrickson, que está interpretado por Bill Paxton (‘Mentiras de guerra’) con exquisita naturalidad, puede que sea lo más cercano a un equivalente masculino a las ‘Mujeres desesperadas’. Está convencido de que la vida que lleva es la correcta de acuerdo con su condición de mormón (a pesar de que la poligamia es ilegal en Estados Unidos y la propia Iglesia Mormona la prohíbe desde 1890), pero lo de tener a más de una mujer para él, por así decirlo, no es una fantasía hecha realidad.

El protagonista sufre las consecuencias de su singular opción a cada paso que da: su negocio de tiendas de artículos para el hogar no le permite hacer frente a las necesidades (ni mucho menos a los caprichos) financieros de sus esposas ni a las de sus siete hijos y, por si fuera poco, cada vez se ve más incapaz de satisfacer sexualmente a sus mujeres, lo que le empuja a recurrir a la viagra.

Ellas, por su parte, no tienen las cosas mucho más fáciles. Trabajan sin parar, sobreviviendo a esa incómoda superpoblación de críos y esposas en la que viven, no tienen siempre un hombro sobre el que llorar y surgen entre las tres, muy a pesar de Bill, las envidias y los celos. Se dicen libres (“No estamos atrapadas, hemos decidido estar aquí y convertirnos en una familia”) pero se sienten muchas veces abandonadas y hasta desgraciadas.

Jeanne Tripplehorn nunca ha estado más acertada en su carrera que con su papel de Barb, una mujer que ve cómo su hogar y su papel en él han mutado de la forma más insólita. Chloë Sevigny, por su parte, sabe muy bien cómo acercarnos esa mujer compleja y muchas veces odiosa para demostrar que sí, que ella también sufre y que su consumismo, por ejemplo, no es sino un refugio más. Ginnifer Goodwin cierra el círculo con un trabajo muy aceptable.

‘Big Love’, que se emite ahora los lunes a las 22:00 en Canal+2, es una serie que vale la pena. Es un drama diferente y equilibrado, que nos permite adentrar y pasear nuestra mirada tranquilamente por un ambiente diferente y lejano, sin ser empujados a juicios fáciles.

(Foto: Bill Paxton y Jeanne Tripplehorn en 'Big Love')

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