martes, 7 de agosto de 2007

Crítica | MÁS QUE HERMANOS; Historia de un accidente

El telefilme ‘Más que hermanos’ (que ha sido emitido en diferentes ocasiones en algunas de las autonómicas de la FORTA y en el Canal Internacional de TVE) puede parecer, por su trama, un intento de nuestras televisiones de competir en morbosidad con los subproductos estadounidenses y británicos que pueblan las sobremesas. Pero, en lo que se refiere a la ficción, parece que la televisión española todavía no ha perdido la vergüenza hasta tal punto. En ficción, repito.
Bea Segura y Félix Gómez
en 'Más que hermanos' (Ramón Costafreda, 2005)

‘Más que hermanos’ está inspirada en la historia real de una pareja gallega que a finales de los ochenta llegó a formar una familia sin saber que eran hermanos. En la película, Rosa (Bea Segura, ‘Hospital Central’) es una joven que se ha criado en un orfanato, que lamenta no haber conocido a su madre pero que no parece guardarle rencor alguno, convencida de que “tuvo que tener un motivo muy poderoso” para haberla abandonado.

Un día, en una de esas casualidades que no creeríamos si no hubiese un caso real detrás, Rosa conoce a un chico llamado Dani (Félix Gómez, ‘Amar en tiempos revueltos’) en una discoteca, ambos se enamoran y ella se queda embarazada. Todo sin ser conscientes de que tienen en común a una madre (interpretada por Mabel Rivera, ‘Mar adentro’) que quedará destrozada al conocer la verdad.

El telefilme se centra más en los acontecimientos que siguen al descubrimiento que en los que le preceden. A la joven e insólita pareja no tarda en llegarles toda una avalancha de problemas legales, familiares y sociales. Y es ante estos acontecimientos (más incluso que ante las escenas de cama de los primeros minutos) cuando se pone realmente a prueba nuestra tolerancia: Rosa y Dani han llegado a esa situación por accidente y han decidido, como adultos con capacidad de decidir por sí mismos, seguir adelante juntos.

Las cosas son complicadas, pero a la hora de la verdad uno ve difícil juzgar a esos personajes. ¿Cómo juzgar a Rosa, que ha crecido sin el amor de su madre y que al encontrarla por fin es cuando se sabe embarazada de su propio hermano? ¿Cómo juzgar a Dani, que después de saber la verdad se ve incapaz de dar la espalda a su hija y a la mujer de la que se enamoró? ¿Y cómo juzgar a Remedios, una mujer que se vio obligada a abandonar a su segunda hija para no morir de hambre y que años después descubre el cruel resultado de su decisión? Del mismo modo, también resulta difícil juzgar a Lola (Nuria Gago, ‘MIR’), la amiga de Rosa que, horrorizada ante el descubrimiento, corre la voz y precipita la alarma social.

Si bien las decisiones de algunos de los personajes se hacen difíciles de comprender, ‘Más que hermanos’ deja claro que no estamos ante una historia de buenos y malos. Ese es, seguramente, el mayor triunfo de esta producción.

A pesar de algunas arritmias (las escenas se siguen unas a otras un poco a trompicones) y una cierta falta de tensión, el telefilme de Ramón Costafreda (‘Abrígate’) está bien llevado, ya que mantiene la distancia correcta con los acontecimientos, sin caer en el melodrama ni mucho menos en la indiferencia. Del lado del director y la guionista Rosa Castro están las convincentes interpretaciones de Bea Segura (que tiene una de las pocas escenas de llanto creíbles en las que la hemos visto), Félix Gómez (con un conseguido acento gallego) y, sobre todo, de Mabel Rivera.

‘Más que hermanos’ es la historia de un accidente, narrada de forma respetuosa y nunca morbosa. Es un telefilme hecho con tacto y es por eso que recibe los frutos del (buen) camino elegido para su realización: su visionado no se hace desagradable y se advierte que se trata de un trabajo modesto pero más que correcto.

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