Ninguna producción en la televisión española actual tiene tan poco que decir y, al mismo tiempo, tanta repercusión. Algo parecido ocurre con ‘Yo soy Bea’, ese culebrón cuyo final todos conocemos pero que tiene enganchados a millones de espectadores desde hace meses. Pero los que están detrás de la fea tienen más espacio sobre el que dar vueltas, es decir, más duración en sus episodios, más decorados, más actores, exteriores...
‘Escenas de matrimonio’ entretiene, pero nada más. Puede servir como pasatiempo, pero hay que tener en cuenta que nunca llegará a darnos más de lo que nos dio aquel primer día en que lo vimos.
Es el mismo tiovivo que nació en ‘Matrimoniadas’ (la tira cómica de José Luis Moreno en ‘Noche de fiesta’, de TVE-1), el mismo que servía de relleno en ‘La sopa boba’ de Antena 3. Ahora hay nuevos decorados, más sofisticados y completos, y algunos nuevos intérpretes, todos llevando un vestuario más variado y caro, pero en la base sigue habiendo igual de poco.
Los seis actores que protagonizan ‘Escenas de matrimonio’ dan vida a personajes sin fondo. Son como grifos que se abren con el comienzo de cada episodio y se cierran cuando empiezan a correr los créditos. En el intervalo se sueltan mutuamente todo tipo de burradas, algunas ingeniosas y otras sacadas del más viejo manual de la guerra de sexos. Pero el resultado siempre es el mismo: los personajes nunca evolucionan, siempre acaban llegando al sitio exacto en el que estaban antes del pistoletazo de salida del capítulo.
Es todo muy esquemático y simplón. Tres parejas, tres generaciones diferentes. Primero está la pareja joven (Dani Muriel y Miren Ibarguren), ilusionada y vital, que no tarda en descubrir sus primeras diferencias. La sonrisa de idiota ya no es marca de fábrica, como ocurría en la versión anterior del producto, pero el espectador sigue esperando la llegada de las parejas veteranas para que haya más furia, resentimiento y violencia verbal.
En ese sentido ‘Escenas de matrimonio’ no defrauda. Los insultos y humillaciones que se dedican los cuarentones Marina y Roberto están a la altura de lo que se espera de ellos. Además, Soledad Mallol (una de Las Virtudes y protagonista en solitario de ‘Ketty no para’, de Millán Salcedo) y David Venancio Muro (‘Los 80’) son mejores que los actores que daban vida a la pareja de mediana edad en la anterior etapa. No es humor inteligente lo que nos traen, ni mucho menos, pero se pasa el rato.
El desahogo mayor de ‘Escenas de matrimonio’ llega de la mano de los veteranos Marisa Porcel y Pepe Ruiz, que serán tristemente recordados como Pepa y Avelino por los televidentes cuando ya no estén entre nosotros. Es una crueldad para ambos, sobre todo para ella, perteneciente a una de las sagas de actores más longevas del país. En su favor hay que decir que son, con diferencia, lo más parecido a la solidez en esta pseudo-simpática pérdida de tiempo.
(Foto: Marisa Porcel y Pepe Ruiz en 'Escenas de matrimonio')
3 comentarios:
Por algún fenómeno extraño me he enganchado a "Escenas de matrimonio". El texto es malo, previsible, tópico, zafi y con chistes más que conocidos, aún así engancha.
Efectivamente, lo mejor es la pareja formada por Marisa Porcel y Pepe Ruiz. Y lo siguiente el ritmo ágil y sobre todo la corta duración de los capítulos, un programa ideal par aver la televisión a la hora de la cena sin tener que quedar enganchado hasta la 12 de la noche.
Lo de su corta duración desde luego sí es un punto a favor.
Hola soy christian de uruguay, y no se por que "mierda" de razón me he enganchado con ustedes. Me parece que son re divertidos aparte de eso me gusta mucho el lenguaje que utilizan Pepa y Avelino, y tambien el de Sonia y Miguel, me parece que tendrian que poner enfasis en el lenguaje de Roberto y Marina, y no tratar de copiarse tanto. bueno eso es todo sigan así, esta muy beno los quiero!!. La verdad que me entretienen.
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