domingo, 8 de junio de 2008

Crítica | EL COLECCIONISTA DE MARIPOSAS; Cuando a la amistad le siguen los interrogantes

Salirse de las normas no escritas de la narración televisiva actual puede ser peligroso. Buena parte del público se queja –y con razón– de que por muchos canales que tengamos hoy la oferta sigue sin ser realmente variada. Los programadores no le echan demasiada imaginación a su tarea y acaban por convertir cada canal en poco menos que un clon de su competencia. Pero cuando alguien viene a contarnos una historia diferente (no digo ya original) los espectadores respondemos con recelo.

Nos están acostumbrando de tal manera a esa nueva ficción efectista y de ritmo imparable que predomina en nuestras cadenas que nos empieza a resultar extraña toda producción que se salga de ese esquema. Ya no sabemos lo que es una escena sin diálogo, una imagen sin movimientos bruscos de cámara o una historia sin tiroteos. En ese sentido, “El coleccionista de mariposas” (“Butterfly Collectors”), que se emitió anoche en ETB-2, resulta una especie de ventana a un tipo de ficción en peligro de extinción. Aunque esto no es un punto a favor de cara a buena parte del público.

No es que esta miniserie británica sea estupenda ni mucho menos. Su ritmo decae en algunos tramos y su factura técnica no podemos calificarla de brillante (la banda sonora, eso sí, destaca desde el primer momento), pero se trata de una historia que mira a varios lados a cada momento y que pone énfasis en la relación entre sus distintos personajes.

Nos narra la historia de John McKeown (Pete Postlethwaite, “En el nombre del padre”), un policía veterano y desencantado con su labor, y Dex Lister (Jamie Draven, “Billy Elliot, quiero bailar”), un adolescente que se ha visto obligado a madurar demasiado deprisa. El primero tiene una relación desastrosa con sus hijos, cosa que lamenta profundamente, y el segundo ejerce precisamente de padre de los que son en realidad sus hermanos (Thomas Aston y Ruth Harrop).

A ratos la miniserie adquiere el tono del típico juego entre policías y (posibles) criminales que tantas ficciones británicas nos traen a las sobremesas de ETB-2. Pero también permite ser vista desde otros puntos de vista: puede ser una historia de dos amigos, de un hombre y el hijo que necesita a su lado o la historia de dos padres incluso.

Jean Stewart y Paul Abbott, director y guionista de “El coleccionista de mariposas”, mantienen el interés sin trampas ni artificio, jugando bien sus bazas, que son sobre todo esos dos personajes centrales. Pero la trama del asesinato que hace que John entre en la vida de Dex (o viceversa) tampoco decepciona.

En el reparto, el veterano Pete Postlethwaite y un entonces casi novel Jamie Draven (la producción data de 1999) forman un equipo perfecto. El primero se convierte en la personificación del agente quemado que, además, no encuentra a su regreso a casa la armonía que quisiera. Draven, por su parte, impide en todo momento que el espectador baje la guardia: su Dex es víctima y misterio, todo en uno. ¿Pero y si es sólo una de dos...?

(Foto: el poster estadounidense de "El coleccionista de mariposas")

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